TROMSO,en busca de las auroras boreales en 8 días.

 

Este viaje empieza hace casi 11 meses. En mi vuelta a mi tierra, una de las mejores cosas que me han pasado es cruzarme con una loquita llamada Marta y en una de esas conversaciones fantaseando de la vida y de los viajes que nos gustarían hacer llegamos a la conclusión de que uno de nuestros sueños era ir a ver auroras boreales. Ahí es donde empieza nuestro viaje y al final nuestro sueño cumplido.

Auroras boreales se pueden ver en muchos sitios pero no sabíamos cual era la mejor zona para los 8 días que teníamos a primeros de noviembre así que decidimos preguntar a Limatours una agencia de viajes on line que ya conocíamos del viaje a Budapest y del que terminamos encantadas.  Juanma  se puso  manos a la obra y enseguida nos respondió que por esa época un buen sitio era ir  a Tromso.  La verdad es que no sabíamos dónde estaba y tuvimos que situarla en el mapa. Es una ciudad que esta a unos 350 km por encima del Circulo polar ártico, al norte de Noruega. norway_map_fullsize-2667x4000

Cogimos el viaje en febrero: incluía los billetes con escala en Oslo, los traslados del aeropuerto al hotel, el hotel con desayuno y dos excursiones para ver las auroras. Cogimos un seguro de cancelación porque con tanto tiempo quién sabe lo que puede pasar.

En junio se desató la locura ya que otras dos amigas decidieron unirse y Limatour lo arregló todo para que fueran en el mismo avión y hotel.

Después de tantos meses de espera, noviembre llegó.  La temperatura en esta época del año en Tromso esta entre 3 º C y -2 ºC pero según se iba acercando la fecha las previsiones y la sensación térmica eran peores de lo previsto y nevaría mucho, algo que no era demasiado bueno para nosotras ya que estaría el cielo cubierto y eso no nos dejaría ver las auroras.

Hacer bien una maleta para estos viajes es importante. Con un buen asesoramiento, de gente viajera y que ya hizo viajes de este tipo, reconozco que no pase frió. Me lleve dos abrigos gordos de plumas, camisetas y medias térmicas ,un pantalón de nieve y dos de senderismo. Compramos los parches de calor de Decathlon  de pies , manos y cuerpo y funcionan. Dos botas, unas de nieve que fue un chollazo de Carrefour y unas zapatillas con goretex con suela gorda ya que había mucha nieve. Gorros, orejeras, una braga y unos guantes que me salvaron el viaje ;). Yo me llevé una mochila de 50 litros para evitar arrastrar la maleta por la nieve y fue un acierto.

Y el día llegó  y la aventura comenzó.

DÍA 1: VIAJE  SALAMANCA-MADRID-OSLO-TROMSO

El día sería muy largo, se veía venir. Cogimos autobús directo a Madrid aeropuerto a las 7:00h, cuando casi las calles no estaban ni puestas. Nuestro avión salía a las 13:40 horas y  llegamos sobre las 9:30 h. Nos dejó en la T1 y salíamos de T2, pero están muy cerca andando. Ya que sabíamos que nos sobraría bastante tiempo, aprovechamos para cambiar dinero. La moneda en Tromso  es la Corona Noruega (NOK), al cambio más o menos era un 1 corona = 0,096 céntimos de Euro en ese momento, es decir para hacer un cálculo aproximado de lo que nos costaban las cosas lo dividíamos entre 10 (por ejemplo si algo nos costaba 700 NOK eran unos 70 € aproximadamente). Cambiamos poco dinero, ya que se puede pagar en todos los sitios con tarjeta y lo cobran al cambio que está en ese momento.

Teníamos ganas de soltar mochilas e irnos a desayunar pero no había nadie ni en los mostradores de Norwegian , ni estaba abierta su ventanilla de reclamación hasta las 11:30 horas así que nos tocó esperar un poco. Podíamos facturar dos maletas y llevar una bolsa de mano, pero solo facturamos una maleta obviamente para los días que íbamos, en mi caso la mochila.

Por fin liberadas nos fuimos a comer. Es una vergüenza lo que cuesta todo en el aeropuerto Madrid- Barajas. Una botella de agua casi 4 € y un café 3 €, hace que al final cuando vayamos nos llevemos todo.  Fuimos al Burger King de la T1 donde los menús también valen 2 € más que en el resto de franquicias, pero era lo que había. Esto es aprendizaje también ,  en el próximo viaje ademas de llevar embutido allí donde nos dejen también llevaremos un bocata de comida o cena 😉 .

Como no hay viaje sin contratiempos , el nuestro empezó en Madrid ya que el avión se retrasó puesto que en Oslo había mucha niebla y nosotras teníamos conexión a Tromso, en teoría llegábamos a las 17:30 y salida a Tromso a las 19:30h, pero cada vez ese tiempo se reducía. Como no dependía de nosotras… pues a la aventura. En el avión nos toco al lado de un auxiliar de vuelo de Norwegian muy majete que nos fue explicando  lo que iban diciendo y traduciendo (nota mental : propósito 2020 ponerme con el inglés)  y le preguntamos a una azafata si ya sabían nuestras puertas de enlace que fueron diciendo de muchos otros  enlaces menos Tromso (hay enlaces cada media hora ,así que en teoría podíamos coger cualquiera, aunque nuestra maletas llegaran antes que nosotras).

Por fin en Oslo , cogimos nuestro avión corriendo y otras dos horitas de vuelo después de las 4 de Madrid a Oslo. En el aeropuerto de Oslo estuvimos parados justo antes de salir unos minutos para rociarnos con una manguera anticongelante por todo el avión. Anticongelante al avión, flipante.

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El auxiliar de vuelo nos contó que a veces desde el avión se veían las auroras , así que como me toco ventana ya fui emocionada todo el camino esperándolas  sin yo saber que se harían de rogar.

Ya con las maletas en la mano , nos estaban esperando para llevarnos al hotel, una gozada la verdad, de vez en cuando no hace daño. De camino vimos que estaba todo nevadísimo con un espesor que nos llegaría por  la rodilla por lo menos en los laterales. Las carreteras súper limpias de nieve y los coches rodando tan tranquilamente, no como el caos que se monta cuando caen cuatro copos aquí. Tardamos unos 10 -15 min.

Llegamos a nuestro Hotel QUALITY SAGA  , un 3 estrellas , muy bien situado. Hicimos el check in. Dormíamos de dos en dos y las vistas desde la nuestra eran espectaculares.

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Nos fuimos a buscar algo para cenar ya que veníamos hambrientas. Noruega es caro, pero ya veníamos mentalizadas . Cenamos unas empanadas y un perrito caliente en una especie de 24 horas que había cerca del hotel y como buenas españolas fuimos a probar una cerveza autóctona de la zona a una cervezeria al lado del hotel, Tromso Jernbanesta , que tenía bastante ambientillo y con música en directo ya que llegamos en viernes, aunque alucinamos porque no era gente joven, bajábamos mucho la media de edad. Probamos la cerveza ártica por excelencia, una  Mack . La fábrica de Mack está en Tromso, pero no se puede visitar, aunque sí se pueden hacer catas en la Cervecería Olhallen, desde 1928, la más antigua y a la que iríamos. En España está claro que bebemos muy barato, allí la cerveza de bienvenida y comienzo de aventura nos costó un tercio 10 €.

Nos fuimos  a dormir agotadas del día, pero ansiosas por levantarnos.

 

DÍA 2: CONOCER TROMSO, CATEDRAL DEL ÁRTICO (Barrio Tromsdalen), ICE MAGIC, TOUR EN BUSCA DE LAS AURORAS BOREALES

Amanece sobre las 8 de la mañana, algo que nos sorprendió, pensando que como anochece en esta época del año sobre las 14:30, amanecía antes pero no.  Teníamos desayuno buffet en el hotel y una gozada. Lo primero que probamos fue el salmón tan típico. Son más de salado que de dulce aunque también había.

Nos fuimos a conocer Tromso . Es una ciudad del norte de Noruega de unos 70.000 habitantes, unos 350 km por encima del circulo polar ártico y ciudad predilecta  para aquellas personas que van en busca de las auroras. Cuenta con la certificación de DESTINO SOSTENIBLE, un sello de calidad que se otorga a aquellos lugares que trabajan de manera continuada para reducir el impacto medioambiental del turismo.

Justo enfrente del hotel teníamos la Catedral de Tromso. Todo nevado es mas bonito la verdad.

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Catedral de Tromso

Fuimos hacia la zona del puerto, destaca por ser el principal del Ártico. Desde ahí teníamos unas vistas espectaculares de el barrio de enfrente Tromsdalen donde está la Catedral del Ártico y el Teleférico que iríamos otro día.

Según nos adentrábamos en el pueblo por el paseo marítimo, es una zona con restaurantes y bares y casitas típicas noruegas de colores que eran museos o salas de exposiciones.

Fue muy curioso tener una máquina quitanieves de acompañante del paseo.

Maquina quita nieves

Cruzamos el Tromso Bridge, un puente de  un Km de largo, que une Tromso y Tromsdalen donde se encuentra la Catedral de Ártico y el teleférico. Es un paseo con unas bonitas vistas donde hace bastante frío ya que hace mucho viento. El Sol salio unos minutos para robar esta foto.

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La Catedral del Ártico es un edificio espectacular, con una peculiar forma (se dice que tiene forma de Iceberg), lo que  hace que se  distinga desde muchos puntos de la ciudad. No es catedral como tal aunque se llame así, es una Iglesia . No pudimos entrar porque estaba cerrada y el horario  de apertura era por la tarde y fuimos por la mañana. Desde fuera vimos la  vidriera  que estaba detrás del altar que la caracteriza.

Dimos un paseo por los alrededores y vimos las curiosas casas noruegas de colores. La nieve hace que los lugareños todos los días tengan que limpiar los garajes para sacar el coche y  los accesos a las casas. Los buzones de toda la calle suelen estar juntos, supusimos que para facilitar al cartero la entrega de cartas, por los accesos con la nieve.

Volvimos por el puente a Tromso y llegamos a la famosa calle Storgata, la calle principal con más vida, ya que está llena de tiendas, restaurantes y peluquerías. Así que no te la puedes  perder.  Es curioso cómo los padres llevan a los niños en trineo en vez de carros, o por mucho frío que haga sacan un rato para jugar aunque sea en una montaña gigante de nieve. Hay un kiosko de bebidas que tiene un caldero con fuego y unos asientos con mantitas y siempre había alguien. La estatua del cazador del Ártico también destaca en la plaza, que representa a un ballenero en su bote pescando con un arpón .

 

Destaca la Biblioteca de Tromso , un edificio vanguardista de 2005,  con unas cristaleras que a ver quién es el guapo que se concentra allí  dentro con esas vistas.

Cerca está el  Royal Park en  Kongeparken, que estaba repleto de nieve y que escondía la escultura del Rey Olav ,el primer Rey  Noruego.

Callejeamos por la ciudad y encontramos postales como estas antes de ir a comer.

Las tiendas cierran sobre las 18 horas y anochece sobre las 14:30 así que comíamos anocheciendo. Los días previos y como siempre nos gusta, estuvimos viendo guías y blogs para ver sitios donde comer y probamos varios restaurantes. Queríamos probar comida  típica noruega (salmón, ballena o reno) y fuimos  a Kystens Mathus. Nos gustó mucho que en casi todos los sitios el agua era gratis. A diferencia de los viajes de verano, no bebíamos casi nada del frío que hacía. Pedimos una hamburguesa de reno  y una especie de estofado. La media de  comidas o cenas por persona era de unos 25 € bien agusto.

Como anochece tan pronto, fuimos a  pasar la tarde a un bar de hielo, el Ice Magic, que hay en muchas ciudades europeas, donde hay esculturas de hielo y ya que  estabamos a -2ºC bajo cero en el exterior qué más daba estar a -5. Con la entrada que cuesta unos 20 €, te dejan un abrigo para soportar las temperaturas y una consumición que va en un vaso de hielo. Una experiencia curiosa.

Con el viaje teníamos incluidas  dos excursiones para ver las auroras o intentarlo.

Las auroras boreales son uno de los mayores espectáculos de la naturaleza. Una aurora se produce cuando las partículas cargadas procedentes del Sol chocan con el campo magnético de la Tierra. Estas partículas procedentes del viento solar son guiadas por el campo magnético de la Tierra y se dirigen hacia los polos. Cuando esas partículas alcanzan nuestra atmósfera chocan con las moléculas de oxígeno y nitrógeno, excitando los átomos y haciendo que estos ganen un electrón. Transcurrido un rato, al liberarse de ese electrón, devuelven la energía adquirida en forma de luz. Esta luz puede producirse con distinta intensidad y longitud de onda, que afectan al color de la luz que vemos.

Nos contaron que para tener alguna posibilidad de verlas, se tenian que dar tres factores:

  • Actividad geomagnética con KP preferiblemente  superior a 2 .Los lugares siempre tienen el mismo índice kp y por lo general, cuanto menor sea el índice kp de tu destino mejor. Tromso esta entre KP1 y KP2 por eso fuimos allí.
  • Se suelen ver de noche aunque gente narraba haberlas visto de día y necesitan oscuridad para verse, así que cuanta menos contaminación lumínica haya alrededor mejor se verán. Las auroras más potentes en Tromso suelen ser  entre las 21:00 horas a 23:00 horas  y damos fe de ello.
  • Hay herramientas que nos dicen la probabilidad que hay de verlas teniendo en cuenta la actividad solar, que es constante pero no siempre con la misma intensidad. Las que nosotras usábamos eran: La APP Forecast -Auroras Alerts Northem Lights  donde nos llegaban alertas de ver auroras hasta justo uno semana antes de irnos ,Service Aurora y Aurora Forescast La que más usábamos era Aurora Forescat que te daba una previsión de tres días y por horas y si aparecía un G1, G2 o hasta G5 estabas de suerte ya que había tormenta solar siendo la G1 la más débil y G5 la más fuerte. 
  • El factor probablemente más importante y desgraciadamente incontrolable que te permitirá o no ver la aurora boreal es la condición climatológica del momento. Para ver la aurora boreal se necesitan cielos despejados y en nuestro caso no dejaba de nevar.

Teníamos excursión las dos primeras noches y ya íbamos algo desanimadas ya que sabíamos que las previsiones eran malas por los cielos cubiertos . Hay que tener en cuenta que puede que vayas a verlas y te vuelvas sin conseguirlo, por eso las expectativas deben de ser reales. La compañía con la que íbamos era Tromso Villmarkssenter a través de civitatis. Teníamos el punto de encuentro en el hotel Radisson Blue que estaba al lado del nuestro y desde allí nos llevaban en autobús a unos 30 km de Tromso. Unos meses antes nos escribió Juanma para comentarnos que había llegado un correo especificando que la excursión llamada «tour de la aurora boreal en Tromso » era en realidad una  visita a un  campamento de cabañas donde  hacer una visita a los perros Huskies , al fuego con bebidas calientes esperando a que salieran las auroras y terminaba con una cena. Ahora desde la experiencia, no estuvo mal el primer día ya que el sitio tenia encanto, pero lo de menos para esta excursión era las auroras, era un «y si eso las ves» , pero no ir en su búsqueda que es lo que haríamos ahora después de vivirlo. Nos dejaron ropa de abrigo y botas y el contacto con los perros fue genial. Estaban en celo imaginaros las hormonas perrunas.

Las cabañas donde se quedaba gente a dormir parecía de cuento  y estaba todo nevadisimo. Nos encendieron unos fuegos y estuvimos quemando jamones de gominola ,amenizado con un vino caliente .

Evidentemente no vimos auroras y cenamos un guiso  con patatas picante y una tarta de chocolate riquísima. Antes de volvernos estuvimos intentando cambiar la fecha de la otra excursión, ya que era en el mismo sitio y al día siguiente (sabíamos que  la probabilidad era mala también ) por el miércoles que parecía que podía ser el día , pero no dependía de ellos sino de civitatis, así que dejamos dicho que tuvieran comida vegetariana para el día siguiente para no repetir. Cogimos dos excursiones porque podía pasar que no las viéramos a la primera como pasó.

Volvimos a Tromso sobre las 22:30 horas  y nos despedimos del día con estas vistas de  Tromsdalen iluminado.

DÍA 3. CAMINATA A PRESTVANNET, POLARIA, SEGUNDO TOUR EN BUSCA DE LAS AURORAS.

Como Tromso es pequeño  y ya lo habíamos visto casi todo, decidimos hacer una ruta hasta el lago Prestvannet que está a unos 30 minutos andando, en condiciones normales, no con nieve hasta los tobillos. Nos respetó el tiempo y nos salió una mañana espectacular. Atravesamos Tromso para coger el camino a través de Storgata hasta el Royal Park en Kongepaken y comenzaba el ascenso con unas vistas geniales de la biblioteca.

Ahi nos encontramos con un lugareño , que vio que nos encantaron sus perros y nos dijo que si nos queríamos hacer una foto y quedo un fotón y los perros no podían ser mas bonitos.

Como íbamos tranquilas y sin prisa, estuvimos viendo las casitas típicas noruegas y lugareños retirando nieve ,pasamos por un cementerio donde las lápidas  estaban totalmente sepultadas por la nieve, a la gente mayor con una soltura andando por la nieve y hielo (más que nosotras , hubo algunas caídas que terminaron en risa ).

Fue un paseo muy divertido y cuando llegamos al lago estaba congelado. Nos divertimos mucho haciendo angeles en la nieve inmaculada de unos 5 o 6 cm de espesor , la gente nos miraba pensando qué felicianas y que estaba claro que no eramos de allí. Estuvimos leyendo un blog e íbamos  pensando que había una casa roja en mitad del lago, pero no , es una iglesia que esta  en una rutilla más larga. La gente muy amable se paraba a hablar con nosotras (lo normal es ver a mucha gente haciendo esqui  de fondo como nosotros usar la bicicleta)  y nos comentaron que no era normal que nevara tantísimo.

 

Dimos una vuelta alrededor del lago y tuvimos que preguntar a un lugareño para volver sin perdernos pero nos indicó fenomenal y lo mejor es que le entendimos. La bajada fue más divertida aún porque al no nevar ya había hielo.

Fuimos a comer al hotel, ya que como habíamos llevado embutido made in Salamanca, compramos pan para hacernos unos bocatas y unas cervecitas en el supermercado que estaba cerca y así descansamos un poco.

Por la tarde  fuimos a Polaria que es el acuario más septentrional del mundo.  Lo mas espectacular del museo es el edificio .

Polaria

Cuesta 14,5 NOK, unos 15 E. Es pequeñito y tiene un acuario donde la mayor atracción  son las focas y leones marinos.Es un poco decepcionante y se tarda poquito en ver, tiene algunos peces de  especies autóctonas que los cuidadores también dan de comer y varios documentales (en inglés o noruego), uno de ellos intenta concienciar sobre cómo se están derritiendo los glaciares  por el impacto del cambio climático, algo que no desconocíamos pero al estar tan cerca , eres más consciente. Así que no hay plan B señores, cuidemos el planeta si no es demasiado tarde.

 

Teníamos la segunda noche del tour de auroras. Por la mañana intentamos ponernos en contacto con civitatis , para comentarles si era posible  el cambio de día , pero desde allí solo podíamos ponernos en contacto a través del correo electrónico para atención al cliente España (no venía ningún teléfono). Contestaron muy rápido para nuestra sorpresa, habían intentado contactar con el centro pero con el tiempo tan justo era muy complicado. Ya que me parecieron muy coherentes les pedí por favor cambiaran el nombre del tour para que no llevara a error a  la gente , ya que nosotras si teníamos una ligera idea  y aun así nos pareció que no era lo que realmente  queríamos y muy amablemente me dijeron que se ponían a ello. 😉

Fuimos igual al  hotel Radisson Blue directamente desde Polaria, que es desde donde salen todos los tour de esta compañía y hoy el autobús era más grande, íbamos más gente. Cuando llegamos ya nos conocían y nos dijeron que podíamos estar por libre y la cena fue vegetariana ,estaba muy rico el cuscus. Fuimos a ver a los perritos  y a sentarnos al fuego a esperar a las escurridizas auroras con un chocolate caliente, galletas y nubes  de gominola pero tampoco fue posible, aunque ya lo sabíamos por las previsiones.

DÍA 4:  TELEFÉRICO, COMPRAS DE REGALITOS, CERVECERIA OLHALLEN

Un plan que no puede faltar  en Tromso es subir al teleférico  y disfrutar de sus vistas. Eso hicimos esa mañana. Fuimos dando un paseo, tienes que cruzar el puente de Tromso,ir en dirección a la Catedral del Ártico e ir subiendo. Nos perdimos un par de veces y eso hizo encontrarnos muñecos de nieve enormes, rocódromos en los porches de las casas, buzones apilados y nevedisimos o gente super amable que salen de sus casas para preguntarte si estás perdida y ayudarte .

Tardamos como una hora larga (también se pude llegar en el bus nº26 ) y llegamos al Teleférico Fjellheisen . Vale unas 150NOK (15-16 E), en invierno está abierto de 10h a 22h  y las cabinas suben o bajan cada media hora. Hay también opción para subir andando a  través del bosque con una inclinación importante  pero el día no acompañaba para hacerlo a pie. Se sube a unos 421 metros sobre el nivel de mar así que hay que ir abrigados. Me deshidraté de los lagrimones del frío  ya que hacía mucho viento.

Las vistas la verdad son espectaculares: por un lado Tromso y por el otro la montaña con nieve inmaculada que mucha gente aprovecha para hacer rutas de trekking. Estuvimos como niñas haciendo fotos y tirándonos por la nieve.  ¡Qué divertido!

Hay una cafetería donde entramos a tomar un café y el piscolabis que habíamos cogido en el desayuno para entrar en calor, porque hacia muchísimo frío. Bajamos en la cabina del teleférico (si sois rápidos podéis poneros en la cristalera de bajada y tener unas bonitas vistas de la bajada) .

A la vuelta cogimos otro camino y  fuimos a dar a la trasera de la Catedral de Ártico. Como veis  nos encantaron las casitas de colores, entre tanta nieve, tenían mucho encanto. En el descenso se ven unas panorámicas de Tromso muy chulas.

Justo llegamos a la hora de comer y teníamos mirado el restaurante Egon. Ya habíamos estado tomando un café ya que está en Storgata y al lado de nuestro hotel. Tiene comida de todo tipo (italiana, mexicana, ensaladas…) y carta en español. Tiene un buffet de Pizza por 11,00 € y entra la bebida que puedes repetir y también los cafés, así que hicimos hasta sobremesa. Además es muy acogedor.

Por la tarde estuvimos de compras de regalitos; hay varios centros comerciales por la calle Storgata  pero cierran a las 18 horas aproximadamente. Mis compritas fueron  unos imanes, unas bolitas para los arboles de amigos y familia, una taza de madera típica de allí y salmón .

Para terminar el día, nos fuimos a la cervecería Olhallen, la más antigua de Tromso. Es un bar lleno de historia y así lo plasma en las fotos antiguas que tiene, con luces tenues, y mucha madera, típica de tasca. Tiene unos 50 grifos de cervezas; eso sí a precio Noruego. Tiene su propia marca Mack y hacen catas de esta cerveza. No cierran muy tarde así que hay que ir pronto.

DÍA 5:  RECORRIDO DE LOS FIORDOS NORUEGOS EN MINIBUS, CENA EN PATAFABRIKKEN .

Cuando cogimos el viaje, queríamos ver si había excursiones en barco para ver los fiordos, según nos comentó Limatours nuestra agencia de viajes, no salían; no sabíamos si porque no había disponibilidad o porque no hay en esa época del año. Mirando en civitatis, vimos una lancha rápida que duraba una hora pero ibas como sujeto en una atracción y no era eso lo que queríamos. Éramos cuatro personas y sí, tenemos dos ojos cada una , pero cuando cogimos la excursión a los fiordos noruegos no leímos que era en minibus hasta la tarde del dia de antes. Y sí, fue un bajonazo porque llevábamos toda la semana fantaseando viendo barcos y pensando si ese sería el nuestro pero nada más lejos de la realidad. Yo creo que nos llevó a error que la salida era en el puerto en las salidas de cruceros y que no pensamos en llegar a los fiordos en minibus, pero aprendimos la lección, hay que leer bien antes de comprar.

El día se levantó nevando y con viento. La salida era a las 9:30h y nos costó un poco encontrar el punto de salida. En la segunda planta de la terminal de cruceros está la compañía Pukka Travels. El tour es en inglés, pero nada más vernos saben que somos españolas. Hasta que están todos los grupos, hay cafetería para tomarte un café y despertar, para tomar té o simplemente agua. Nos toco una guía encantadora y un conductor que la verdad se enrolló muchísimo haciéndonos fotos. Había más españoles en el tour e íba lleno.

La primera parada fue Ersfjord, un pequeño pueblo costero a 21 km de Tromso. La guía nos contó que a veces nieva tanto que las carreteras se cortan y la gente tiene que andar unas tres horas para llegar a sus puestos de trabajo y no perderlos. Hay unos 500 habitantes.  Hicimos parada para observar la bonita estampa de los fiordos al fondo. Entró la niebla muy rápido y fue un «os veo, ahora ya no os veo». Vimos las casas rojas de los pescadores, cada color pertenecía antiguamente  a una clase social: roja a los pescadores, amarilla  a la clase media y blanca a los adinerados. Tienen una arquitectura característica y usaban de secadero de pescado las ventanas.

De camino a Sommarøy nos paramos a ver los fiordos desde otra perspectiva y las casitas que tenían el color de la bandera de España.

 

Después cruzaremos un puente sobre el mar para llegar a la isla de Sommarøy significa  » Isla de verano «. Entre el 18 de mayo y el 26 de julio, el sol no se pone nunca en esta peculiar isla y entre noviembre y enero, sus 321 habitantes viven una noche que parece eterna por eso quieren abolir el tiempo en verano. Una increíble historia. Sus playas de arena blanca contrastan con la nieve y hacen una estampa increíble. Además podréis observar las montañas que se elevan tras la isla. Unas fotazas.

Continuamos la ruta en Hella, donde hicimos una breve parada para tomar una bebida caliente (un chocolatito en las tazas típicas noruegas de madera) acompañada de un pícnic ligero (Roll vegetariano que estaba muy rico y una especie de kit kat) en un entorno natural único. Justo coincidió la puesta de sol, que es sobre las 14-14:30 horas, así que fue un gran  final de excursión aunque no imaginábamos que había algo que lo superaría.

Un robado en toda regla, haciendo una de las cosas que más me gusta hacer, fotos.

De camino a Tromso, nos esperaba una sorpresa inesperada, que ni la guía ni el conductor se podían creer, una manada de renos estaba tranquilamente en la orilla del mar y mas adelante paseando por la carretera y pastando. Eran preciosos  y  nos hizo una ilusión verlos.  Estaba claro que era nuestro día de suerte porque el conductor paró porque vio un alce negro debajo de unos árboles. Estaba tumbado, pero se  apreciaba su tamaño y su cornamenta.

Llegamos sobre las 16h a Tromso y antes de despedirnos de la guía le comentamos que al día siguiente era nuestro último día y que no habíamos visto las auroras. Que era nuestra última oportunidad pero que ya habíamos pagado dos tours y que no queríamos ir a otro, que si conocía  algún sitio cerca  para ir andando donde fuera un buen sitio para verlas. Miró las previsiones y eran buenas, y estaba despejado. Hay una playa Southern Beach, que está como a una hora andando, donde se puede hacer fuego y está alejada de la ciudad así que era un planazo de despedida.

Comimos algo en la habitación ya que el picnic nos vino genial, pero no era muy contundente. Descansamos y fuimos a dar una vuelta. Tromso, como habéis visto, no es muy grande y se ve en pocos días. Terminamos de hacer compras y nos fuimos a cenar a Patafabrikken una recomendación de un blog (Sjøgata 17), donde pedimos pasta que ya teníamos ganas con salmón, que era su especialidad y con marisco aunque picaba un poco. Platos grandes y muy rico. Cerraban a las 22:00 horas  así que fuimos pronto.

DÍA 6: ÚLTIMO DÍA EN  TROMSO : PASEO EN TRINEO CON HUSKIES, AVISTAMIENTO DE AURORAS BOREALES

Desde primera hora del día se notaba en el ambiente que iba a ser un gran día. De primeras según abrimos la ventana no nevaba. Era el primer día que estaba despejado. Por la mañana teníamos el paseo en trineo con Huskies y la actividad era en el mismo sitio y la misma compañía que el tour de las auroras Villmarkssenter, así que salimos del hotel Radisson Blue. Cuando llegamos allí,  ya nos reíamos, los monitores no nos conocían porque eran otros pero ya sabíamos el funcionamiento, era la tercera vez. De día se ve de otra manera y disfrutar mas con los perros y se ve todo diferente.

Estuvimos con los papis que son los pequeñajos y estaban muy divertidos. Yo me enamoré del de patitas blancas.

Nuestros trineos estaban preparados y nuestros perros ansiosos por corretear. Es una experiencia totalmente recomendable y una de las actividades que más nos gusto.

Dimos un paseo de unos 30 minutos  entre montañas y una gran cantidad de nieve. Íbamos de dos en dos, con mantitas y bien abrigadas. Nuestras cara de felicidad lo dicen todo.

Te quedas con ganas de más, pero llegaba la hora de recoger y que descansaran que se lo merecían.

No sabíamos que nos entraba la comida, así que fuimos a comer. Yo pedí  menú vegetariano, de los días anteriores fue el que mas me gustó. Nos sentaron con una pareja de Indonesia, que estaban haciendo un tour  que ya me podían haber metido en su maleta; venían de Islandia y se iban a Praga y Budapest. Habían estado en un muchos sitios de España  y ya les dijimos que tenían que venir a Salamanca. Podíamos haber echo intercambio, ellos a Salamanca y nosotras a Indonesia ;).

Por la tarde hicimos las maletas y sobre las 19:30 horas nos pusimos bien de ropa de abrigo, cogimos la mochila, cogimos unas cervezas, la cena, la cámara y el tripode por supuesto y fuimos a la playa del sur de Tromso. Se tarda como una hora y es  a las afueras como en una especie de urbanizacion. Es un poco cuesta arriba y como no había nevado, estaba muy congelado. Flipas cuando tú vas como un patito y la gente va en tacones al lado tuyo, en bici o incluso corriendo de puntillas.

Cuando llegas a la playa, la nieve nos llegaba a las rodillas. Había poca gente y alguna fogata. Nosotras habiamos comprado pastillas para hacer una hoguera si podíamos y cogimos palos, pero con nieve es un poco complicado jejeje. Llegamos sobre las 20:30 h, y nada más llegar me acordé que un sabio amigo viajero me había dicho «tú mira al cielo y si ves como unas nubes grises moviendose raro párate y saca foto que seguro que son» y justo eso hicimos. Le pregunté a un lugareño que estaba allí que si eran  y dijo que sí, que acababan de salir. Estábamos como en la zona alta, era muy curioso, por un lado las auroras y por el otro una luna llena que se reflejaba en el mar, en una playa con nieve. Espectacular. Súper nerviosas, sacamos la cámara y después de mil intentos las vimos. Eran de poca intensidad, muy flojas de nivel 3 y las fotos no son de lo mejor (sabía hacerlas mejor) pero entre los nervios, el frío que hacía, -6ºC,  y sensación térmica de -11ºC y quietas sin movernos, pues es lo que salió, aunque reconozco que para mi lo mejor fue verlas. Solo vimos una ráfaga verde que se movía y nos pusimos a chillar no os digo más. Bajamos a inspeccionar la zona baja, ya que había una gran hoguera, pero desde allí estás como resguardado por un edificio y se veían. Las cervezas se nos congelaron, igual que nosotras. A las 22:30 horas nos fuimos congeladas de allí, necesitábamos ponernos en movimiento. Fueron rachas pequeñas y cortas y hubo tiempo en el que ni había. Guardé una vez la cámara para irnos y salieron a despedirnos.

Es muy emocionante la verdad, no se explicarlo pero diga lo que diga siempre sera más espectacular verlo. Y volveré a verlas desde otro sitio. Fue un final perfecto para este viaje.

DÍA 7. OSLO

Unos meses antes del viaje Norwegian cambió los vuelos y afectó ligeramente a la vuelta. En vez de volvernos el viernes desde Tromso y llegar tarde a Madrid, pasábamos la noche en Oslo y como no lo conocíamos pues nos pareció un buen plan. Nos vino a recoger el coche pronto a las 7.45 am y el vuelo salia a las 11:00 horas. La gran eficiencia noruega nos dejó asombradas en el aeropuerto tanto en Tromso como al día siguiente en Oslo; no hay personal ni para sacar la tarjeta de embarque, ni para facturar.Todo es a través de maquinas. Sacamos las tarjetas y las etiquetas para poner en las maletas, pones la etiqueta y a través de un lector  la maleta desaparece ante tus ojos en la cinta transportadora así de sencillo, y lo curioso es que llega a su destino.

Los traslados en Oslo son muy caros, así que cuando llegamos cogimos tren hasta el centro. Preguntamos (ya que el avión hacia Madrid salía muy pronto al día siguiente) qué transporte se podría coger a las 5 a.m. y solo funcionaba a esas horas  FLYTOGET , cuesta unos 190NOK (20€ aprox) y aprovechamos y cogimos ida y vuelta. Es como un cercanías pero es un poco lioso. Nos pasamos la parada (que le pasó a más gente) y tuvimos que coger el siguiente. Nuestra parada era la Estación Central. Salimos por una puerta que había que andar un poco hasta el hotel, pero después había otra a unos 10 minutos, así que para cogerlo por la mañana nos vino de lujo.

Nos alojamos en el Hotel Frogner House Apartments . El check in se hace a través de una máquina, no hay recepción, con el código de reserva. Nuestro código no era válido no sabemos por qué y buscamos y encontramos una oficina pequeña con personal del hotel que nos dieron los códigos bien. La máquina te administraba las tarjetas que tu quisieras y el número de habitación y tu subías.  El check out simplemente las dejabas en un buzón y listo.

Las habitaciones eran preciosas, con unos ventanales y una cama enorme , con una cocina amueblada y con cafetera  y cápsulas para el desayuno. Una pena no aprovecharla mucho pero recomendadísimo si vais a Oslo.

Soltamos maleta y fuimos a comer. El hotel está situado al lado de calles con restaurantes y elegimos el restaurante León de comida rápida natural. Necesitábamos ya un poco de comida sana y pedimos ensaladas . Yo pedí la SATAY  (ensalada con arroz y pollo con salsa ) y  probaron Thai Green Chicken Curry (picaba un poco) y Brazilian Black Bean, todas riquísimas.

Nos fuimos a conocer Oslo; no anochece tan pronto como en Tromso así que teníamos algún rato más para poder visitar.

Primero fuimos a Vigeland, el parque de las esculturas de unas 32 hectáreas, donde destaca la entrada, la fuente, el monolito, el puente lleno de esculturas que son escenas de la vida llamado «la rueda de la vida» desde el nacimiento hasta la vejez. Destaca  la escultura del niño enojado o con “rabieta”, el Sinnataggen. Ha llegado a identificarse como símbolo de Oslo.

Fuimos dando un paseo por su calles con grandes arboledas hasta el centro y se nos fue haciendo de noche.

No teníamos tiempo de mucho más, vimos el teatro nacional, el parlamento, estaban empezando a adornas las calles con detalles navideños pero muy poco, hubiera sido ya mucho que estuvieran los mercadillos, así que habrá que volver.

Metro de Oslo

Cogimos cena para llevar y la comimos en el hotel. Pronto nos fuimos a descansar, a las 4:00 nos levantábamos. Las vueltas se hacen mucho más largas y más si madrugas. Qué ganas de que alguien invente un teletransportador.

DÍA 8: OSLO-MADRID-SALAMANCA

Haciendo balance, este ha sido uno de los viajes más especiales que hice hasta ahora , un viaje de frío, que nunca había echo y confirmar que sí, que soy todoterreno (lo siento mama ;), por encima del circulo polar ártico que se dice pronto, hablando inglés nivel usuario y  conseguir que nos entendieran, con muchas risas y confidencias, logrando el sueño de verlas a ellas , LAS AURORAS,  la finalidad de este viaje .

Este no podía ser especial sin ellas, mis chicas. Gracias por hacer este viaje inolvidable.

Me encanta viajar con gente, porque necesito vivirlo, reirlo, sentirlo y compartirlo.

Me encanta saborearlo. ¡Hasta el próximo! , que quien sabe dónde será y cuándo.

Me encanta ver mis fotos una y otra vez y disfrutarlas y recordar cosas que ni me acordaba.

Y me encanta contároslo y que me contéis que os parece así que , aquí esta el resumen de mi viaje  y que no os de envidia , hacedlo.

Hasta la próxima.